El wifi rápido, cómodo y ubicuo que nos parece imprescindible en el día a día, al menos de los urbanitas y techies, no siempre estuvo tan a la mano.
El protocolo de comunicaciones del wifi actual tiene sus orígenes en las comunicaciones via radio que empleaban los puestos militares dispersos en las islas del pacífico en la segunda guerra mundial. Cuando los radio-operadores de esas islas transmitían a la vez, los mensajes se cruzaban en el aire y se volvian incomprensibles, en esas ocasiones la solución consistía en esperar un tiempo aleatorio y reintentar la comunicación hasta conseguir hacerlo sin interrupcciones de otros puestos cercanos. Es simple, acaba funcionando (el mensaje se acaba transmitiendo), pero cuando el número de operadores de radio se multiplica también se multiplican las colisiones, las esperas y los reintentos. Seguramente, ahora ves un poco más claro por qué cuando en casa el portatil se descarga emails por wifi, la tablet reproduce por wifi un video de youtube, y el móvil usa el wifi para reproducir tu lista preferida de spotify puede haber problemas de ancho de banda inalámbrico: se están produciendo colisiones entre todos esos distintos "operadores de radio" y los datos se deben pedir una y otra vez al router confiando en que mientras los manda no haya otra transmisión que los estropee.
Por suerte, según la tecnología wifi ha ido evolucionando estos problemas cada vez son menos frecuentes, y la nueva versión de wifi promete mejorar aún más el uso de esta tecnología. Hasta ahora las distintas versiones de wifi se han ido nombrando añadiendo letras a 802.11 (a, b, g, n, ac,..) pero esa nomenclatura no significada nada fuera de un círculo de ingenieros y expertos, y dado que todos lo conocemos como wifi, la nueva versión será "wifi 6" (802.11ax para los puristas).
Por nuestra parte, que la llamen como quieran siempre que sea estable, rápida y retrocompatible ¿o no?