Cloud computing: la nube hasta en la sopa

La nube está de moda. Es lo último. Si no estás en la nube eres un dinosaurio y tu nivel informática está a la altura de los que tienen un spectrum...¿o quizá no? En cierto modo recuerdan a las arquitecturas mainframe de los 80 que se consideran obsoletas desde hace décadas. Parece ser que en la moda y en la informática, todo vuelve.

Los servicios en la nube permiten homogeneizar el acceso a los datos y aplicaciones a las organizaciones, y además reduciendo costes. Esto es cierto generalmente, y es positivo, pero no es la solución óptima para todas las empresas. Estas son algunas cosas a tener en cuenta:

  • Tener los datos y las aplicaciones online obliga a disponer de conexión a Internet para poder usarlos, mientras que tenerlos en tu oficina garantiza el acceso, incluso si te quedas sin ADSL, pero dificulta su uso compartido si el personal está disperso o en continuo movimiento.
  • En la nube ahorras porque pagas sólo por lo que usas (espacio de almacenamiento información transferida..), y no necesitas una empresa de informática que te gestione los servidores ya que la gestión está incluida en la cuota. Pero, todo el mundo tiende a usar cada vez más datos y aplicaciones, por lo que poco a poco la cuota mensual del servidor en la nube subirá y subirá, quizá tanto o más que lo que costaría tener y mantener el servicio en local.
  • Cada uno sabe lo importante que son sus datos, y la situación económica de la organización, ajustando los recursos destinados a tecnologías según corresponda para mantener el servicio en el nivel de calidad deseado. Sin embargo el proveedor de cloud computing elegido es un tercero con su propia gestión, puede aceptar más clientes de los que puede gestionar, puede darte poca prioridad aunque para tí tus servicios son críticos, o puede cerrar por problemas internos de un día para otro.

En resumen, ambas soluciones tienen ventajas e inconvenientes y depende de la situación de cada uno optar por una o por otra. Que sea una decisión razonada, no el fruto de una moda (está por ver si pasajera o no).

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